Sirena
salió del mar para saber por qué los humanos se ponían taciturnos cuando pronunciaban
la frase “vivir con el agua al cuello.” Estaban poseídos por el temor de
ahogarse. Habló con con unos y con otros. Contaban historias de políticos,
banca, corrupción, crisis, hambre, desahucios, fuga de capitales y una
inacabable lista de desatinos. Al comprender el problema, les aconsejó que
aprendieran a nadar y escogiesen bien a quien llevaría el timón.
Tras
unas horas de estar predicando en el desierto, decidió regresar a su entorno
habitual pero, la piel había mutado hasta convertirse en una sirena de hojalata.
No desesperó; todavía existía la posibilidad de recuperar la textura si lograba
alcanzar la orilla…tan cerca, tan lejos. Sin piernas para correr, el óxido,
-cual trepa que se precie- no perdió ocasión de machacarla. Sirena se encontró
sin una mano amiga que la ayudara en un acto de empatía. Cada cuál buscaba su
propia tabla de salvación con la que mantenerse a flote. A pesar de haber
tenido noticias de que en otros lugares existía la solidaridad con quienes
estaban a punto de perecer bajo las aguas, ella sucumbiría en un lugar llamado
Tierra.
Oteaba
Auer © Foto: Pilar Cárdenes
Mi querida Ote, otro de tus escritos geniales...nos los dejas muy espaciados y yo los espero siempre porque son geniales...olé por tu creatividad...yo que estoy hasta el último pelo de lluvia y lluvia, un día si y otro también...hoy no me voy con tu sirena, me quedo en tierra pero llena de solidaridad.
ResponderEliminarUn abrazOTEdecisivo guapa mia, y no tardes tanto en deleitarnos con tu arte.Muacks
Poca o ninguna solidaridad.
ResponderEliminarDe boquilla mucha.
Besos.
La eterna pregunta. ¿Permanecer o evolucionar? El que arriesga puede ganar, pero también perder.
ResponderEliminarUn besote
Demasiadas Sirenas sucumbiendo en hábitats propios o extraños por falta de solidaridad.
ResponderEliminarUn texto para reflexionar y mucho.
Gracias Ote por esta aportación.
Un besOTE inmenso.
Mira mi querida Ote, a estas alturas del juego ya no sé si seremos sirenas de hojalata, porque el naufragio es tan total que ni restos quedan y encontrar una tabla de salvación se hace difícil, creo que va siendo necesario confeccionar una balsa de nuestra propia piel y poner rumbo a la isla de Robinson Crusoe, allí de seguro aparecerá un nativo de conciencia limpia, no manipulada ni envenenada y llegará volando un loro al cual le enseñaremos el lenguaje excepto las palabras ambición, mentira y políticos.
ResponderEliminarComo siempre eres genial, genial y muy necesaria.
Me entra un no sé qué y qué se yo de esa rebeldía que se me cansa de vez en vez...
Nada, que haces falta mujer, no te pierdas.
BESOTES
Muy lindo texto, es una analogía de la vida muy precisa, atrapados en esa red sin referencias, asi andamos.
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